Tyros, la perla del Thassa
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Tyros, la perla del Thassa

Foro dedicado a los jugadores de RPG basado en las Crónicas de la Contratierra de John Norman
 
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 Ciudad de Ar del libro

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Dalsay el Negociador

Dalsay el Negociador


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MensajeTema: Ciudad de Ar del libro   Ciudad de Ar del libro I_icon_minitimeLun Abr 06, 2009 7:21 pm

CIUDAD DE AR: Al principio hasta el paisaje resultaba deprimente, ya que los habitantes de Ar habían devastado una zona de unos trescientos pasang para delimitar su imperio; habían talado árboles frutales, cegado pozos de agua y arrojado sal sobre zonas fértiles. Por razones militares, a Ar se la había rodeado de un muro invisible, un cinturón descolorido, que difícilmente podría ser atravesado por peatones.
- El segundo día tuve más suerte; acampé en una llanura cubierta de pasto, donde crecían algunos árboles Ka-la-na. Durante la noche había volado por encima de campos de cereales, que brillaban con un color amarillo plateado a la luz de las tres lunas.

-La ciudad de Ar debía constar de más de cien mil cilindros adornados con luces por la fiesta vegetal. No puse en duda el hecho de que Ar fuera la ciudad más grande de todo el planeta, al menos de lo que se conocía de Gor. Era grandiosa y bella, un digno marco para la joya del imperio —una joya que se había convertido en la tentación del Ubar, el victorioso Marlenus— Y en algún lugar allí abajo, en medio de una impresionante claridad, se encontraba una piedra insignificante, la Piedra del Hogar de esa gran ciudad, y yo debía apoderarme de ella.

-Al acercarme a la ciudad, vi como reinaba una gran animación sobre todos los puentes; muchos de los que festejaban el acontecimiento ya estarían quizás embriagados bajo los efectos del Paga. Entre los diferentes cilindros…

- Dejé que mi animal se posara sobre una de las varas de acero destinadas a los tarns que de tanto en tanto sobresalían por encima de los cilindros.

- tal como esperaba contenía la Piedra del Hogar de Ar. Era un objeto poco llamativo, pequeño, plano, de un color marrón apagado. Grabada toscamente sobre ella podía leerse una letra en goreano arcaico.

- Ar, si bien todavía estaba sitiada, seguía invicta y presentaba un espectáculo grandioso. Sus maravillosos cilindros relucientes se alzaban orgullosos detrás de las blanquísimas fortificaciones de mármol; sus dos muros, el primero de los cuales tenía una altura de cien metros y el segundo, a veinte metros del anterior, alcanzaba los ciento treinta metros, eran tan anchos que se los podía recorrer con seis carromatos de tharlariones, uno al lado del otro. A intervalos de cincuenta metros se alzaban torres elevadas. Encima de la ciudad, de los muros a los cilindros, y entre éstos, pude ver el reflejo del sol sobre alambres de tarn que se balanceaban, millares y millares de finos hilos de metal que se extendían sobre la ciudad a la manera de una red protectora. Era prácticamente imposible conducir un tarn a través de esa red, ya que los alambres seccionarían las alas del animal.

- La Piedra del Hogar de Ar se conservaba, como en la mayoría de las ciudades cilíndricas, sobre la torre más elevada de la ciudad; se encontraba desprotegida sobre el techo, como un desafío para los tarnsmanes de ciudades rivales. Naturalmente el objeto sagrado estaba bien custodiado y ante la menor señal de peligro era colocado a buen recaudo. Todo ataque a la Piedra del Hogar era considerado por los pobladores de una ciudad como terrible sacrilegio y se castigaba indefectiblemente con la muerte al atacante; paradójicamente constituía la mayor proeza concebible traer a la propia ciudad la Piedra del Hogar de otra ciudad; al guerrero que lo lograra se hacía acreedor a las mayores honras y era considerado un hombre favorecido por los Reyes Sacerdotes.

-grandes llanuras, como la lujosa metrópoli Si bien a Ar podía llamársela grandiosa, una ciudad cuyo esplendor y belleza eran reconocidos aun por sus enemigos mortales, La cronología de Ar no se mide, felizmente, a partir de sus Listas de Administradores, sino a partir de su fundación mítica por parte del primer ser humano en Gor, un héroe que, según se cuenta, los Reyes Sacerdotes habían formado de barro y sangre de tarn. El año que corre es, según el calendario de Ar, el año 10.117. Aunque yo creo que Ar no alcanza ni un tercio de esta edad. Su Piedra del Hogar, sin embargo, que había visto anteriormente, da fe de una antigüedad considerable. Treve estaba a cierta altura sobre Ar, a unos setecientos pasangs de distancia, en dirección a las Montañas Sardar.En Ar habia corrales de Esclavas Los baños Ar en su lujo, en el número de piscinas, en sus temperaturas y en los perfumes y aceites. En Ar usan esos distintivos quienes apoyan a determinado grupo en las carreras. Hay varios grupos del mismo carácter, que controlan las competencias y compiten entre ellos: Los Verdes, los Rojos, los Dorados, los Amarillos, los Plateados. guardias taurentianos(guardias de Ar.) Ar está en el hemisferio septentrional de Gor; se encuentra en una latitud relativamente templada; las largas y frías lluvias del invierno, la oscuridad de los días, las nieves ocasionales, que se convertían en oscura ventisca que cubría las calles, eran otros tantos factores que me deprimían. A medida que pasaban los días me irritaba cada vez más el correr del tiempo. En Ar estaba el Estanque de las Flores Azules(baños).

-Su líder alzó el brazo en presencia de Marlenus, saludando como es costumbre en Ar.
Marlenus correspondió al saludo. (libro 8 capitulo 21).

-Nos iban a vender en la Casa de subastas de Publius, en la calle de las Marcas de Ar. Es una Casa de subastas menores en la que generalmente se ofrecen los esclavos más baratos. La sala era un anfiteatro alumbrado con antorchas. Con anterioridad me habían expuesto en jaulas de exhibición para que los posibles compradores pudieran examinar la mercancía de cerca y hacerse una idea de su valor para que sus pujas, suponiendo que estuvieran interesados en hacerlas, fueran ajustadas y realistas. En las jaulas de exhibición estábamos obligadas a obedecer las órdenes de todos los hombres, moviéndonos de una forma determinada según sus indicaciones y cosas por el estilo, pero no se les permitía tocarnos. Nosotras teníamos que sonreír y mostrarnos bellas. Yo compartía mi jaula con veinte chicas, todas con una cadena y un disco en el cuello. Fuera de la jaula estaban nuestros números de lote o números de venta, que correspondían con los números del disco, y una lista de algunos de nuestros rasgos y medidas. (libro 11 capitulo 13).

Sabía que las aguas del Thassa eran surcadas por numerosos barcos, entre ellos barcos piratas. Había oído que Cos y Ar estaban en guerra, al parecer porque no estaban de acuerdo con respecto a la adjudicación de la piratería en el Vosk. Pero Ar no tenía ninguna armada, aunque disponía de una flota de barcos de río que patrullaban el Vosk. (libro 11 capitulo 16).

-Muchas chicas sueñan con ser vendidas en el Curúleo. Su gran tarima es tal vez la más famosa de Ar; también es la más grande. Es una tarima semicircular de unos doce metros, pintada en su mayor parte de azul y amarillo, los colores de los esclavos, y decorada con intrincados dibujos. Tal vez mide unos cinco metros de altura. Un detalle interesante es que sobre ella, en la parte semicircular de cara a la multitud, hay esculpidas las figuras de nueve esclavas. Se supone que representan a las primeras nueve chicas capturadas, hace miles de años, por los hombres de una pequeña villa llamada Ar. Puede verse que los cuellos de las nueve chicas están rodeados por collares de cuerda, hechos probablemente con plantas. Se dice que en aquel entonces los hombres de Ar no conocían el hierro. También se dice que las chicas eran obligadas a dar descendencia a sus captores. (libro 11 capitulo 27).
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