las Montañas Sardar, la patria de los Reyes Sacerdotes, una vasta zona prohibida en la que no podía penetrar ningún mortal, ningún ser humano que viviera a la sombra de las Montañas. Se decía que la Piedra del Hogar suprema de todo Gor se encontraba en esos montes y que era la fuente del poder de los Reyes Sacerdotes; se decía también que ningún hombre había regresado vivo de aquellas montañas, que nadie había visto jamás a un rey sacerdote y sobrevivido a ese encuentro. Los Reyes Sacerdotes tienen su Lugar Sagrado en las Montañas Sardar, un desierto en el que nadie puede internarse. muchos llegan hasta sus orillas aunque sólo sea para hallarse a la sombra de estas rocas que ocultan los secretos de los Reyes Sacerdotes. De hecho, se espera de todo goreano que al menos una vez en su vida lleve a cabo tal peregrinación. Cuatro veces al año, coincidiendo con los solsticios y equinoccios, se realizan ferias en las llanuras al pie de las Sardar, presididas por comités de Iniciados, ferias en las que los hombres de muchas ciudades se mezclan sin derramamiento de sangre, épocas de tregua, de juegos y competencias, de compras y ventas.mercados. se considera un delito contra los Reyes Sacerdotes manchar con sangre las armas en las ferias. enorme puerta de madera, de leños negros, unidos por anchas fajas de bronce. Detrás se extendía la feria, y delante las Sardar No encontré animales, ni cosas vivas, nada, salvo las rocas negras e interminables, los riscos oscuros, el sendero abierto ante mí estaba tallado en la piedra negra.
Palacio de los Reyes Sacerdotes: dos enormes larls blancos, 2m.y medio de longitud. El corredor estaba iluminado con lamparillas alimentadas por energía, del mismo tipo que yo había visto en el túnel de Marlenus, el que corría bajo los muros de Ar. En la iluminación del corredor o en su construcción nada sugería que la Casta de Constructores de los Reyes Sacerdotes, si la tenían, estuviese más avanzada que la de los hombres que vivían al pie de las montañas. Además, el corredor estaba desprovisto de adornos, y carecía de los mosaicos y los tapices con los cuales los goreanos amantes de la belleza, que vivían al pie de las montañas, tendían a mejorar sus viviendas,el pasaje por el cual avanzaba, tenía el suelo muy gastado. Al fin llegamos a un gran salón. Carecía de atractivos, pero con su mera magnitud ya exhibía una severa y excelsa grandeza. una cúpula grande y perfecta, con un diámetro de por lo menos mil yardas. Me agradó ver que el techo era una reluciente curvatura de cierta sustancia transparente, quizá un vidrio especial o una sustancia plástica, porque el vidrio o el plástico con los cuales yo estaba familiarizado probablemente no podía soportar las tensiones originadas en una estructura como esa, En el salón sólo encontré un alto estrado en el centro, y sobre el estrado un gran trono tallado en un solo bloque de piedra. nueve escalones del estrado, en el trono de piedra. círculo de mosaicos que bordeaba el trono. (Hubo una llamarada de calor). De pronto oí el sonido de un gong lejano, un sonido sordo pero penetrante que se difundía por el palacio de los Reyes Sacerdotes. El alimento llega sólo dos veces por año.